Juan Dobel se propuso crear algo único en su clase, logrando producir el primer tequila “cristalino” del mundo. Maestro Dobel Diamante es el resultado de un ensamble de tequilas reposados, añejos y extra añejos, que posteriormente se someten a un exclusivo sistema de filtración conocido como “diamante”. La maestría de este tequila cristalino se percibe en su sabor equilibrado, con notas de roble y vainilla, pero también en su proceso de producción limitado, que termina por situarlo en la categoría de tequila premium.
¿Cómo llega uno a convertirse en el mejor cantante del mundo?
En mi caso fue tomando una serie de decisiones afortunadas. Normalmente las oportunidades están ahí, a la espera de tu preparación. En la medida en que te preparas, las oportunidades se van generando. Yo vengo de una familia de clase media. Dejé mi casa a los veinte años, siguiendo un sueño. Lo que he cosechado es resultado de muchísimo trabajo. Mientras estudiaba trabajé sacando fotocopias, atendiendo un café internet y cantando en bodas. El secreto radica en la determinación. Eso es lo que en realidad marca la diferencia.
¿Y cómo hace uno para tomar tantas buenas decisiones?
Muchas de mis buenas decisiones las he podido tomar gracias a los consejos de mis maestros.
Hablando de maestros, ¿que grandes maestros de vida o de canto puedes mencionar?
Mis grandes maestros de vida han sido mis padres. Ellos forjaron el ser humano que soy, con sus virtudes y defectos. Bueno, algunos defectos son propios. Mi padre, aunque ahora jubilado, siempre fue muy trabajador. Me inculcó el respeto al prójimo y a la vida. Mi madre es deportista de hueso colorado. A la fecha sigue corriendo maratones. Mis hijos también han sido grandes maestros. Por otro lado, en lo profesional, debo reconocer a cada uno de mis profesores. Todos han sido importantes para mí. Entre ellos puedo mencionar a mi primera maestra de canto, Cecilia Perfecto. Ella fue la que me dijo que podía ser un gran tenor, cuando yo ni siquiera sabía qué quería decir eso. Debo mencionar también a Hugo Barreiro, con quien aprendí a tomar al toro por los cuernos. Así como a Eugenia Sutti, Edith Contreras y Francisco Araiza.
¿Un gran maestro debe compartir todos sus conocimientos con sus alumnos o debe de guardarse algo?
Yo creo que enseñar es parte de nuestras obligaciones. En mi caso, es un gusto enorme el compartir lo que sé, aunque siento que aún me falta mucho por aprender. Educar es una forma de gratitud, de retribuir y, también, de crear un legado propio.
¿En qué momento te dijiste a ti mismo “ya soy un máster”? ¿Qué es lo que hace que te digas “ya estoy del otro lado”?
Gozar del reconocimiento público es muy gratificante y para muchos puede ser un parteaguas. Sin embargo, creo que la grandeza de un maestro reside en la humildad de reconocer que siempre debes aprender algo nuevo, que puedes hacer las cosas mejor.
¿Eso querría decir entonces que ser un maestro no está alineado con la edad?
La parte que corresponde a ser un maestro radica en dedicarte en cuerpo y alma a hacer una tarea que ames, que disfrutes, que te guste; y hacerlo lo mejor posible. La sabiduría se da con el tiempo, pero Mozart, por ejemplo, componía sinfonías a los 10 años.
¿Cuál crees que es hasta ahora tu obra maestra, tu logro más grande?
Sin lugar a dudas, mis hijos. Ningún otro logro se les compara.
Ahora que vives en Suiza, ¿cómo logras transmitirles lo que significa ser mexicano?
Para empezar, a través del idioma. El español es obligatorio en esta casa. Y bueno, tanto mi esposa como yo estamos sumamente orgullosos de nuestras raíces, de nuestra historia y tradiciones. Eso es parte de lo que les inculcamos todos los días a nuestros hijos, aunque estemos lejos. Ahora ellos también son grandes amantes de México.
Siguiendo con el tema de México, ¿cómo fue que aceptaste ser embajador de Maestro Dobel?
Yo formo parte de la segunda campaña de Tierra de Maestros. Antes estuvieron otros mexicanos que han destacado en sus diferentes profesiones, como el bailarín Isaac Hernández, a quien admiro mucho. Con ese antecedente fue muy fácil aceptar la invitación a participar en el proyecto. Ha sido una experiencia maravillosa.
¿Cómo tomas tu Maestro Dobel?
Derecho, como debe tomarse un tequila premium.
¿Qué es lo que más te sorprendió de su proceso de elaboración?
Sin duda el hecho de que un ensamble de tequilas reposados, añejos y extra añejos pueda ser cristalino. Y bueno, obviamente su sabor. Su elegante suavidad es sorprendente. ¡Me encanta!
¿Crees que hay algo en común entre una armonía musical y una vida armónica?
Para mí, una buena composición siempre tendrá un sentido y una dirección. Debes poder reconocer el inicio y hasta lógica de construcción. En una buena melodía encuentras momentos de muchísima calma, de líneas muy largas en las que se van preparando momentos claves. Momentos que te llevan tranquilamente hacia una parte climática. Algo similar sucede en nuestras vidas. Nos toca vivir momentos de todo tipo, incluidas muchas disonancias, momentos difíciles, que después descubres que sirven para un propósito específico. Situaciones que hacen interesante la pieza, es decir, la vida. Los silencios corresponden a momentos de reflexión, intimidad y autoanálisis. Sin ellos, la obra es caótica.
¿Qué hace falta para que se reconozca en el mundo entero que México es una tierra de maestros?
Para empezar, que haya más campañas como la de Maestro Dobel. Y es que no solo al mundo tiene que quedarle claro que México es tierra de maestros, también a los mexicanos. A veces se nos olvida, o nos cuesta trabajo aceptarlo. Por eso, es importante reconocer a todos aquellos que han logrado trascender en sus respectivos campos. Debemos difundir todas esas historias de éxito, pues servirán de inspiración a otros. México es una gran nación y produce grandes seres humanos. No solo será un país triunfador cuando haya ganado el Mundial de fútbol. Cuando ajustemos la idea que tenemos de nosotros mismo, el país cambiará radicalmente.
¿Tienes algún nuevo logro por alcanzar?
Acercar a más jóvenes a la ópera. Debemos de bajarla del pedestal y acercarla a todo el público, pues tiene la capacidad de conmover, emocionar y tocar fibras muy íntimas del ser humano. Ningún otro tipo de arte lo consigue con la misma intensidad.
¿Cuál es tu conexión con México?
Aunque vivo en Los Ángeles, México es parte de mí. Nací en Juárez, con familia tanto en México como Estados Unidos, y he vivido en muchos países; pero nunca he estado lejos de México, ni de otros mexicanos.
¿Qué grandes maestros de la historia te han influenciado?
Desde joven he tratado de aprender de los grandes maestros europeos: Miguel Ángel o Bernini. Muchos de los conocimientos que tengo de la forma humana han venido de la visión de esos artistas. En mis inicios en la industria del cine tomé mucha inspiración de diseñadores especializados en fantasía, como Frank Frazetta (historietista de ciencia ficción). En el campo de la escultura, el trabajo de Stanislaw Szukalski ha estado dándome vueltas por la cabeza últimamente. Su visión creativa es única. En el mundo del cine, admiro a Alejandro González Iñárritu.
¿Hay algún otro maestro mexicano que admires?
¡Hay tantos! Mucha de la gente más talentosa con la que he trabajado a lo largo de mi carrera cinematográfica han sido compatriotas. Tengo una enorme influencia del arte mexicano. Sin importar la época o región, la estética mexicana es fuerte, directa y monumental.
¿Cuándo te diste cuenta que te habías convertido en un maestro?
Honestamente nunca me he puesto a pensar en eso. A lo largo de mi carrera, todo logro mayor ha venido acompañado de algo nuevo por resolver. Ya sea una técnica que debo aprender y dominar, o un nuevo proyecto que viene con retos particulares. Nunca me he quedado suficientemente quieto como para meditar si ya alcancé el nivel de maestro o no. Siempre hay aspectos de mi trabajo que necesitan mejorar o evolucionar. Y estoy muy agradecido por eso.
¿Debe un maestro compartir todos sus conocimientos o debe guardarse algo?
Podrías pasarte la vida tratando de guardar tus secretos, o incluso tus errores; pero si eres un verdadero maestro, tu trabajo hablará por ti. Después de todo, un maestro no es más grande por ser misterioso, sino porque su obra lo hace único.
¿Cuál consideras que es tu obra maestra hasta ahora?
Es muy difícil para mí resaltar una pieza en particular, pero podría decir que mi trabajo como diseñador de vestuario cinematográfico es de lo que estoy más orgulloso. A nivel técnico, la creación de trajes de superhéroe es muy complicada pues requiere de conocimientos de escultura, ingeniería, manufactura y planeación; entre muchas otras disciplinas más.
¿Quién es tu superhéroe en la vida real?
Para mí, un héroe es cualquier persona que está dispuesta a sacrificarse para salvar algo o a alguien. Todos podemos ser héroes en un momento determinado.
En tu opinión, ¿que hace a Maestro Dobel un maestro entre tequilas?
Su claridad. Para mí, eso es lo que lo distingue de los demás. Todo en él tiene una intención: desde los sabores y el proceso de destilación; hasta la presentación. Han trabajado para llevarlo al más alto nivel. Y eso se reconoce.
¿Cuál es tu manera favorita de tomar Maestro Dobel?
Cuando se trata de un tequila como este, prefiero tomarlo derecho. Pero en una noche templada de verano, lo mejor es disfrutarlo en las rocas con un toque de limón.
¿Qué te convenció para aceptar ser embajador de Maestro Dobel?
Es un honor enorme trabajar con una marca como Maestro Dobel. Estoy extremadamente orgulloso de representar al pueblo mexicano y su importante legado de creatividad.
Por último, ¿qué crees le hace falta al mundo saber acerca de México y su gente?
A todos los niveles, los mexicanos nacimos para crear. Si el mundo aún no se da cuenta de la profunda capacidad que tenemos para el arte y la innovación, estoy seguro que pronto lo hará.
